Desde el segundo semestre del año 2020 y lo que transcurre de este 2021 se ha observado un aumento de consultas y realización de tratamientos estéticos, que oscila entre un 20 a 60%, con respecto a los años anteriores.
A nivel mundial se atribuye este fenómeno a distintas causas, entre ellas, el teletrabajo y la reducción de la actividad social, con la posibilidad de manejar los reposos posteoperatorios y disimulación de los signos inflamatorios inmediatos con mayor facilidad y libertad.
Las teleconferencias y videollamadas también han permitido resaltar, con las cámaras de alta resolución, mayores detalles anatómicos que antes pasaban desapercibidos o pensábamos que se notaban menos.
El mayor tiempo de las personas para observar con mayor detención sus características y cambios que acontecen con la edad, estados de peso y post embarazos, también han contribuido.
En las personas que han mantenido o incrementado sus fuentes de ingreso, la pandemia ha determinado una manera de ahorro, ante la casi nula posibilidad de realizar viajes internacionales ni eventos sociales importantes.
También se describe en situaciones de estrés, como “efecto post guerra”, en la pandemia una situación donde las personas se replantean muchas cosas y deciden “hacer ya” lo que se han pospuesto durante mucho tiempo por distintas causas.
En Uruguay también se han sumado como factores, el adecuado control sanitario que se logró durante el 2020, la política de vacunación que se está realizando hasta este momento y la facilidad de realización de estudios de detección de infección por Covid 19. Estos tres pilares han permitido la realización de los tratamientos con mayor seguridad.
Dentro de los tratamientos más solicitados están los faciales y de remodelación corporal. En lo facial la atención se centra en los ojos y nariz. Los ojos han pasado a ser el elemento gestual de mayor potencial de comunicación con el uso de la mascarilla. Disimulación de ojeras, mirada cansada y arrugas, son los principales determinantes a la hora de pensar en solicitar tratamientos con toxina botulínica, rellenos, blefaroplastia o pexia de cejas.
La mascarilla ha brindado una ocasión especial para disimular los postoperatorios de rinoplastia también.
A nivel corporal se estima que la disminución de las actividades sociales y deportivas han determinado un aumento de peso promedio de 4kg. Esto ha sido uno de los detonantes para el aumento de tratamientos de lipoabdominoplastia y lipoescultura. Otro gran punto siempre lo constituyen las cirugías mamarias, momento en el que ha sido mucho más fácil administrar el reposo postoperatorio.
